Tanatorio de Olmedo

Experiencia negativa: Asistí este fin de semana al entierro de un familiar en Olmedo, y sinceramente, nunca había presenciado unas condiciones tan lamentables en un tanatorio. Todo empezó desde el momento del fallecimiento: solo acudieron dos personas a recoger el cuerpo, y fueron incapaces de bajarlo por la escalera por sí solos. Tuvieron que ser miembros de la propia familia quienes ayudaran a trasladarlo al coche fúnebre. Una vez en el tanatorio, la situación no mejoró: instalaciones que parecen sacadas del siglo XX, salas minúsculas, mobiliario anticuado, aire acondicionado defectuoso en pleno mes de agosto, las bebidas que ofrecían no estaban frías, baños con la entrada sin luz y sin papel higiénico. La sala donde se encontraba el féretro tenia también problemas de aire acondicionado, lo que generaba un goteo constante sobre el ataúd y que las flores se marchitaran rápidamente. Todo esto en un contexto donde la mayoría de los asistentes eran personas mayores. El momento más vergonzoso fue durante el traslado del féretro a la iglesia: nuevamente, solo dos personas intentaban cargar el ataúd al coche, y estuvo a punto de caerse delante de todos, de no ser por la rápida intervención de otro familiar. Vivir en un pueblo no debería significar tener que soportar servicios funerarios tan deficientes. Pagamos lo mismo que en las ciudades, pero el trato y la infraestructura distan muchísimo de ser dignos. Una experiencia muy triste, más aún en un momento tan delicado.

Experiencia fantástica: En unos momentos mas duros de nuestras vidas el trato recibido fue excepcional. Nos asesoraron absolutamente en todo cuando en esos momentos no tienes la cabeza donde la tienes. Gracias por hacer que sea sencillo

Experiencia fantástica: Lugar de trabajo compañeros.