Las formas de despedir a un ser querido han evolucionado en los últimos años, especialmente a raíz de los cambios sociales y tecnológicos. Una de las innovaciones más recientes en el sector funerario es el velatorio virtual, una alternativa que permite compartir el duelo y rendir homenaje a la persona fallecida sin necesidad de estar físicamente presente.
Este tipo de velatorio se ha consolidado en España como una solución práctica y humana para quienes viven lejos o no pueden desplazarse. Gracias a las nuevas tecnologías, las familias pueden recibir el apoyo de amigos y allegados a través de videoconferencias o plataformas digitales, manteniendo la cercanía emocional incluso en la distancia.
Aunque es una opción relativamente nueva, su aceptación crece cada año, y muchos tanatorios ya la incluyen dentro de sus servicios habituales, junto con la transmisión en directo de ceremonias o la creación de espacios de recuerdo virtuales.
Qué es un velatorio virtual
Un velatorio virtual es un encuentro en línea que permite a familiares y amigos reunirse digitalmente para acompañar a la familia y rendir homenaje al difunto. Puede organizarse de forma independiente o como complemento al velatorio presencial.
El objetivo es mantener el espíritu del encuentro tradicional, pero adaptado al entorno digital. A través de una videollamada o una plataforma funeraria en línea, los participantes pueden ver el féretro o la urna, escuchar palabras de despedida y compartir recuerdos o mensajes de apoyo.
A diferencia de una ceremonia grabada, el velatorio virtual se desarrolla en tiempo real, lo que permite la interacción y el acompañamiento mutuo. Algunas funerarias ofrecen incluso la posibilidad de habilitar una cámara en la sala del tanatorio, de modo que quienes no pueden asistir físicamente puedan conectarse desde cualquier parte del mundo.
Este formato se popularizó durante la pandemia de la COVID-19, cuando las restricciones de movilidad hicieron imposible acudir a muchos funerales. Sin embargo, ha perdurado como una opción útil y empática para mantener el contacto entre familias dispersas geográficamente.
Cómo funciona un velatorio virtual
El funcionamiento de un velatorio virtual depende del tipo de servicio que se elija. En general, el proceso es sencillo y está gestionado por el personal del tanatorio o la funeraria, que se encarga de la parte técnica y organizativa.
Por lo general, los pasos más habituales son los siguientes:
La familia solicita el servicio al tanatorio o funeraria.
Se habilita una sala virtual segura, accesible mediante un enlace o invitación.
Se programa una hora concreta para la conexión, coincidiendo con el horario del velatorio presencial.
Los asistentes se conectan desde sus dispositivos y pueden ver la sala, escuchar música o mensajes, e incluso intervenir si así se permite.
Tras el evento, algunos servicios ofrecen la opción de guardar la grabación o crear un espacio digital con mensajes y fotografías.
El formato puede variar desde una transmisión sencilla hasta encuentros más elaborados, con música, lecturas o presentaciones multimedia. Lo importante es que la familia decida cómo quiere que se desarrolle el acto, adaptándolo a su estilo y a las creencias del difunto.
Ventajas del velatorio virtual
La principal ventaja de un velatorio virtual es que acerca a las personas cuando la distancia lo impide. Permite que familiares que viven en otros países o personas con movilidad reducida puedan participar en la despedida, compartiendo el mismo momento de recogimiento.
Además, ofrece otros beneficios que han contribuido a su rápida aceptación:
Facilita la participación sin desplazamientos ni limitaciones horarias.
Permite crear un registro visual del acto, que la familia puede conservar como recuerdo.
Reduce los costes de desplazamiento y organización.
Amplía la red de apoyo, permitiendo que más personas expresen su afecto.
Se adapta tanto a ceremonias religiosas como laicas.
Aunque no reemplaza completamente la experiencia de estar presente, el velatorio virtual ha demostrado ser una herramienta eficaz para mantener la conexión emocional y acompañar a la familia desde la distancia.
Cómo organizar un velatorio virtual paso a paso
Organizar un velatorio virtual requiere una mínima planificación. La mayoría de los tanatorios ya cuentan con personal especializado, pero la familia puede decidir muchos de los detalles del acto.
Estos son los pasos más importantes a tener en cuenta:
Elegir el formato: decidir si será una transmisión en directo desde el tanatorio o una reunión privada por videoconferencia.
Seleccionar la plataforma: los tanatorios suelen usar plataformas seguras y privadas, pero también es posible emplear herramientas como Zoom, Google Meet o Teams.
Definir la duración: un velatorio virtual puede durar desde unos minutos hasta varias horas, según el número de intervenciones o la estructura del acto.
Invitar a los participantes: se envía el enlace por correo electrónico o mensajería, junto con las indicaciones de acceso y horarios.
Cuidar los detalles visuales: la iluminación, la música o la presencia de flores ayudan a crear un ambiente sereno. En algunos casos, se combinan imágenes o vídeos con fotografías del difunto.
Designar un moderador: una persona que dé la bienvenida, gestione las intervenciones y mantenga el tono adecuado durante el acto.
Decidir qué hacer después: la grabación puede compartirse con la familia o conservarse como recuerdo, junto con otros elementos simbólicos como el libro de condolencias digital.
En los tanatorios modernos, este servicio se ofrece integrado con otras opciones, como la retransmisión del funeral o la posibilidad de dejar mensajes en línea. En el artículo sobre cómo funciona un libro de condolencias explicamos que estos recursos digitales complementan los actos de despedida.
La importancia emocional del encuentro virtual
Aunque el velatorio virtual se desarrolla a través de una pantalla, mantiene el mismo sentido emocional que una reunión presencial: ofrecer apoyo y compartir el recuerdo de la persona fallecida.
Para muchas familias, ver a sus allegados reunidos, aunque sea de forma virtual, aporta consuelo. Las videoconferencias permiten escuchar palabras de cariño, compartir anécdotas o realizar pequeñas ceremonias, como encender una vela o leer una dedicatoria.
Además, el formato virtual puede ser menos intimidante para algunas personas que prefieren expresar sus sentimientos en un entorno más íntimo. También facilita la participación de quienes viven solos o se sienten incómodos en actos multitudinarios.
En definitiva, el velatorio virtual demuestra que el acompañamiento no depende solo de la presencia física, sino del deseo genuino de compartir el duelo y el recuerdo.
Aspectos técnicos y de privacidad
Al tratarse de un acto íntimo, la privacidad es un aspecto esencial. Las funerarias que ofrecen este servicio garantizan conexiones seguras y acceso restringido únicamente a las personas invitadas.
Antes de iniciar la transmisión, se recomienda comprobar la calidad de la conexión y obtener el consentimiento de la familia para grabar o difundir el evento. En ningún caso debe compartirse el enlace de acceso en redes sociales o foros públicos.
En cuanto a la calidad técnica, las cámaras suelen situarse de manera discreta para no alterar el ambiente del velatorio. El sonido y la iluminación se ajustan para que la transmisión sea clara, pero siempre respetando la solemnidad del momento.
Cuánto cuesta un velatorio virtual
El coste de un velatorio virtual varía según el tipo de servicio y la duración. En general, los precios oscilan entre 100 y 300 euros, aunque algunos tanatorios lo incluyen de forma gratuita dentro del paquete funerario.
Cuando se añaden opciones como grabación profesional, música en directo o creación de un espacio de homenaje digital, el coste puede aumentar. No obstante, sigue siendo una alternativa económica frente a los gastos de desplazamiento y organización que implicaría un funeral presencial para personas que viven lejos.
Velatorios híbridos: combinar lo presencial y lo virtual
Cada vez es más común que los tanatorios ofrezcan velatorios híbridos, que combinan la presencia física de algunos asistentes con la conexión en línea de otros. Este formato permite que la ceremonia conserve su carácter tradicional, pero con la posibilidad de incluir a familiares que residen en otros países o que no pueden viajar.
De esta manera, la tecnología se convierte en una aliada del duelo, ampliando las formas de acompañar y mantener el vínculo emocional. En el futuro, es probable que este modelo se consolide como una opción habitual en el sector funerario español.
Autor:
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