En los últimos años, la cremación se ha convertido en una de las opciones más elegidas por las familias españolas para despedir a sus seres queridos. Sin embargo, todavía existe cierta confusión entre los términos “incineración” y “cremación”, que a menudo se utilizan como sinónimos, aunque no significan exactamente lo mismo.
Conocer la diferencia entre ambos conceptos no solo aclara un aspecto lingüístico, sino que también ayuda a entender mejor cómo funciona el proceso, qué implicaciones legales tiene y cómo se gestionan las cenizas después. En este artículo explicamos con detalle qué distingue la incineración de la cremación, qué pasos se siguen y cómo elegir entre una u otra opción.
Qué significa incineración
El término incineración proviene del latín incinerare, que significa “reducir a cenizas”. Se utiliza para describir cualquier proceso mediante el cual un material —orgánico o inorgánico— se somete a altas temperaturas hasta su completa combustión.
En este sentido, la incineración tiene un uso más amplio y técnico, y se aplica en contextos industriales, médicos o medioambientales. Por ejemplo, se incineran residuos hospitalarios, productos químicos o basuras urbanas. Cuando se habla de “incineración de restos humanos”, se está empleando el término desde un punto de vista puramente técnico, para describir la acción física de quemar el cuerpo.
Sin embargo, en el ámbito funerario español, la palabra “incineración” se ha ido sustituyendo progresivamente por “cremación”, que posee un significado más simbólico y respetuoso.
Qué significa cremación
La cremación, en cambio, hace referencia específicamente a la incineración de un cuerpo humano con fines funerarios. Es un término más preciso y aceptado legalmente en la normativa española. De hecho, los documentos oficiales, los reglamentos de sanidad mortuoria y las licencias de los tanatorios utilizan siempre la palabra “cremación”.
La cremación, por tanto, no solo describe un proceso físico, sino también un ritual de despedida. Implica un tratamiento digno del cuerpo, una ceremonia previa o posterior y una serie de pasos reglamentados para la entrega de las cenizas a la familia.
En muchos tanatorios de España, la cremación se realiza en hornos especialmente diseñados, con sistemas de control de temperatura, filtros de gases y protocolos sanitarios que garantizan el respeto al difunto y al medio ambiente.
En el artículo sobre qué servicios ofrece una funeraria explicamos cómo las funerarias gestionan todo este proceso, desde el traslado del cuerpo hasta la entrega de la urna funeraria, evitando que la familia deba ocuparse de trámites técnicos o administrativos.
Diferencias principales entre incineración y cremación
Aunque ambos términos se refieren al mismo proceso de combustión, existen diferencias importantes en su uso, contexto y significado.
Ámbito de aplicación:
La incineración se utiliza para describir la quema de cualquier tipo de material, no solo de restos humanos.
La cremación se emplea exclusivamente en el contexto funerario.
Connotación emocional y cultural:
La incineración tiene un sentido técnico o industrial, sin carga simbólica.
La cremación implica un acto de despedida, con valor ritual y espiritual.
Terminología legal:
En la legislación española, el término oficial es “cremación”. Las ordenanzas municipales y las licencias de los crematorios utilizan siempre esta palabra.
“Incineración” se considera un término genérico o coloquial, pero no el adecuado en documentos funerarios.
Tratamiento posterior:
En la cremación, las cenizas resultantes se recogen cuidadosamente, se depositan en una urna y se entregan a la familia.
En la incineración de residuos, las cenizas no tienen valor simbólico y se gestionan como desechos.
En resumen, toda cremación es una incineración, pero no toda incineración es una cremación. La diferencia radica en el contexto y en el respeto que implica el proceso funerario.

Cómo se realiza una cremación
El proceso de cremación en España está perfectamente regulado por las normas de sanidad mortuoria y por las ordenanzas de cada comunidad autónoma. Se lleva a cabo en instalaciones especializadas, conocidas como hornos crematorios, situadas dentro de tanatorios o cementerios.
El procedimiento suele desarrollarse en varias etapas:
Identificación del cuerpo: antes de iniciar la cremación, se comprueban los datos del fallecido y se coloca una placa metálica numerada que acompañará a las cenizas hasta su entrega final.
Introducción en el horno: el féretro se introduce completo en el horno crematorio, sin necesidad de retirarle ningún elemento. Solo se prohíben materiales metálicos o tóxicos.
Combustión: el cuerpo se somete a temperaturas entre 850 y 1.100 °C durante una o dos horas, hasta su completa reducción.
Recogida y preparación de las cenizas: los restos se enfrían, se trituran finamente y se depositan en la urna funeraria elegida por la familia.
Entrega de la urna: las cenizas se entregan acompañadas de un certificado de cremación, documento necesario para cualquier traslado o depósito posterior.
A partir de ese momento, la familia puede decidir si conservar la urna en casa, depositarla en un columbario, tal como explicamos cuando hablamos sobre qué es un columbario y cómo funciona. Por otra parte, puede realizar una ceremonia de despedida con esparcimiento de cenizas en la naturaleza.
Aspectos legales y medioambientales
En España, la cremación debe realizarse siempre en instalaciones autorizadas y bajo condiciones de seguridad. Las comunidades autónomas establecen normas específicas sobre emisiones y control de residuos, garantizando que el proceso no afecte al medio ambiente.
Las funerarias y crematorios están obligados a cumplir estrictos requisitos sanitarios, entre ellos la identificación de las cenizas y la trazabilidad completa del proceso. Además, las urnas que se entregan a las familias deben estar debidamente selladas e identificadas con el nombre del difunto y el número de registro.
Cuando se desea esparcir las cenizas, es importante cumplir con la normativa local. Algunas ciudades cuentan con zonas autorizadas en cementerios o parques conmemorativos. En el caso del mar, el esparcimiento debe realizarse a más de 200 metros de la costa y con urnas biodegradables que no contaminen el agua.
Motivos por los que las familias eligen la cremación
Cada vez más familias optan por la cremación por motivos prácticos, económicos y emocionales. Frente al entierro tradicional, este método ofrece mayor flexibilidad y menos limitaciones de espacio.
Entre las razones más comunes destacan:
La posibilidad de conservar las cenizas en un lugar elegido por la familia.
Menor coste respecto a la compra de un nicho o sepultura.
Mayor libertad para organizar ceremonias personalizadas.
Menor impacto ambiental.
Facilidad de traslado si la familia cambia de residencia.
Además, en muchas culturas y religiones la cremación simboliza la purificación del cuerpo y el regreso al ciclo natural, lo que contribuye a su creciente aceptación en España.
Precio de una cremación en España
El coste de una cremación puede variar según la ciudad y los servicios incluidos. En general, el precio medio oscila entre 600 y 1.200 euros, aunque algunas funerarias ofrecen paquetes que incluyen el traslado, la ceremonia y la urna funeraria.
Si se añade un columbario o la instalación de una lápida conmemorativa, el coste total puede aumentar. Sin embargo, sigue siendo una opción más asequible que la inhumación tradicional, cuyo precio medio supera los 3.000 euros, dependiendo del cementerio.
La cremación no solo supone una alternativa económica, sino también una opción más sencilla desde el punto de vista logístico y emocional.
Autor:
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